Corazón de Papel
Capitulo 32: Trozos arrugados.
Capitulo 32: Trozos arrugados.
¡Hola a todos!
El día de hoy les traigo un nuevo capítulo. En la última ocasión, Reed resultó ser el misterioso vecino que ponía música estruendosa. Ahora Blair sabe que tiene dos vecinos, y conoce a uno de ellos, ¿pero quién es el otro en realidad, y qué se propone?
¡Por fin Robert y Cynthia llegan a Los Ángeles! ¿Con qué clase de sorpresitas se encontrarán estos dos?
¿Como podrá sobreponerse Blair a todas las tormentas que se entrometen en su camino? ¿Podrá salir de esta? ¿Podrá regresar al lado de Alex? ¿Hay acaso alguna forma de lograrlo? Sin embargo, sabe que hay algo que no quiere hacer, y ese algo es rendirse. ¿Cómo logrará salir del hoyo en el que se encuentra metida?
Capitulo 32
Trozos arrugados.
Trozos arrugados.
¿Quién tiene un corazón de papel en esta historia?
Fragmento:
—Dijiste que
estabas bien.
Las ojeras que
tengo en el rostro son imposibles de ocultar. Estuve toda la noche dando
vueltas en la cama, esperando que Sabrina o Diana me llamaran. Mis ansias por
ver a Alex eran enormes, así que solo esperé a que tuviera una pesadilla para
correr e ir a verlo.
Eso no sucedió.
—Robert…
—Blair, ¿Te
encuentras bien? —Cynthia me mira con un gesto preocupado desde la puerta.
Robert, sosteniendo las maletas, me fulmina con la mirada —. Te ves desgastada.
Lo estoy.
— ¿Se quedarán
aquí? —pregunto, viendo las maletas que Robert carga.
—Bueno, pensé
que mi querida hermanita tenía un buen lugar, y entonces me dije «¿Para qué
pagar un hotel si mi hermana vive en esta ciudad?», pero si quieres nos vamos.
El tono de
Robert es reprochador. En vez de estar preocupado por mí, solo me regaña. Él
preferiría que fuera corriendo a los brazos de mamá, pero es imposible. No haré
eso incluso si me muero de hambre.
Por ahora,
Sabrina dejó la nevera abastecida de comida lo suficiente para un tiempo. Reed
me ofreció su ayuda también.
—Robert, por
favor… —murmura Cynthia apenada.
— ¿Qué,
Cynthia? ¡Sólo mírala! ¡Le advertí que esto pasaría, pero no quiso escucharme!
¡Tiene ojeras, y se ve que no ha estado comiendo bien! Si hubiera ido con mamá,
la situación estaría mejor.
—Sabes que no
puedo ir con mamá. Ni con papá.
Papá no es el
mayor culpable en todo esto de las relaciones intrafamiliares, pero aun así es
responsable por haberse dejado manipular por mamá. Ya no es el hombre que solía
ser, o al menos no conmigo.
—Trabajar de
camarera no te dará lo suficiente—Robert me regaña.
—Mi trabajo no
era de camarera. Te mentí.
No me
arrepiento. No podría ocultarlo por más tiempo, y ahora no me importa que lo
sepa. Me da igual.
— ¿Q-Qué? —Está
pasmado — ¿Entonces de qué trabajas?
«Trabajaba».
—De niñera.
Abre la boca y
boquea, sin saber que decir.
—De un hombre
de veinticuatro años —continúo.
Su gesto de
sorpresa no podría ser mayor. Creo que va a desmayarse.
Cynthia lo toma
del brazo, preocupada.
— ¿Cariño?
—Dime que no
eras su juguete sexual —pide en un aliento, pero antes de que pueda
responderle, cae desmayado al suelo.
— ¡Robert!
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Puedes leer el capítulo 32 aquí:
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